Si nos vieses por la calle o en El Viejo Roble, quizá te diera por pensar que no tenemos nada en común entre todos nosotros o que como mucho, lo que nos une es el trabajo. En parte esta segunda suposición es acertada, pues cada jueves por la tarde nos reunimos para dar forma y color a esas ideas que hierven en nuestras cabezas y que convierten nuestras mentes en auténticas ollas exprés, hasta que todo lo que en ellas se cuece acaba servido a golpe de tinta en el papel. Como bien supondrás el proceso no siempre es fácil: escribir requiere tesón, además de cierta facilidad de palabra; aunque puede darse el caso de tener un talento innato, éste sin esfuerzo no sirve de nada. Por eso estamos en el taller. A todos nosotros nos gusta escribir y en el fondo pensamos que no lo hacemos del todo mal. Sin embargo, conscientes de nuestras limitaciones de estilo o cualesquiera, necesitamos una mano que nos guíe en ese camino. La nuestra es Llum, la profesora.
Seguro que te ha pasado en alguna ocasión que según tus sentimientos o la compañía en que estés, el tiempo avanza a un ritmo que tú estimas demasiado rápido o todo lo contrario. También a nosotros nos pasa y somos más conscientes de esa relatividad, en cuanto nos enfrentamos a la hoja en blanco. Por eso no te resultará del todo incomprensible saber que a menudo, a algunos de nosotros nos invade la inseguridad o la repentina timidez y no nos atrevemos a compartir con el resto de compañeros nuestros textos. Una cosa es crear y otra bien distinta enfrentarse al público leyendo nuestros propios textos; ya que la voz sale temblorosa y apenas audible. Sin duda, el escribir es un oficio de tímidos compulsivos: imaginan, crean, inventan, mienten al lector o simplemente retratan la vida como ellos la interpretan, pero recurriendo al infalible escudo protector de una hoja que los ampare con su rectángulo sagrado, porque la mayoría de esos escritores o aprendices de escritor, no cuentan con el valor suficiente para contar sus historias a viva voz, ni para airearlas por medio mundo a través de la pantalla de un ordenador.
En fin, esos somos nosotros. Así somos el pequeño grupo de compañeros de letras que nos hemos juntado para dar a luz este pequeño mestizo de papel. En él encontrarás la rica mezcla de diversos estilos y visiones del mundo. Espero que superemos la prueba de tu avispado ojo y compruebes que la calidad de un relato puede venir también de autores aún desconocidos para el gran público.